HISTORIA DE GUINNESS
Se necesita sed de aventura para hacer las cosas al estilo Guinness. Desde nuestros humildes comienzos en 1759 hasta la actualidad, hemos hecho todo lo posible para ofrecerte una cerveza excepcional. Pero no nos gusta dormirnos en los laureles. Como nos gusta decir: nuestro mayor éxito aún está por llegar.
UN CONTRATO VITAL
A estas alturas, te perdonarían si creyeras que la historia de «Arthur Guinness» fue un mito. No obstante, fue muy real, y cada pinta servida en todo el mundo fue una pinta más de su innegable legado. Arthur Guinness fue el primero de una larga lista de maestros cerveceros Guinness, y el arte de la elaboración de cerveza en la fábrica de cerveza de St. James's Gate se transmitió de generación en generación. El propio Arthur probablemente desarrolló su pasión por la elaboración de cerveza gracias a su padre, Richard, de quien se decía que estaba a cargo de la elaboración de cerveza en la finca de Celbridge del Dr. Arthur Price, más tarde arzobispo de Cashel.
El 31 de diciembre de 1759, el hombre firmó un contrato de arrendamiento de NUEVE MIL AÑOS de la fábrica de cerveza St. James's Gate en Dublín. Si eso no es tener fe, no sabemos lo que es. Y ahora podemos ver que su fe fue una visión. Una visión que tuvo antes de que cualquiera de nosotros naciera. Porque su espíritu emprendedor estaba en otro nivel.
Arthur Guinness fue un filántropo, pragmático, innovador, hombre de familia y luchador. En las condiciones del contrato de arrendamiento se estipulaba que se le otorgaba el uso de un suministro limitado de agua, y cuando la Dublin Corporation intentó cortarle el suministro debido al uso excesivo, hay documentos escritos que dicen que «el Sr. Guinness se precipitó violentamente sobre ellos arrebatándole un pico a uno de ellos y declarando con un lenguaje muy inapropiado que no siguieran adelante».
Como puedes ver, firmar el contrato de arrendamiento era una cosa. Pero Arthur no estaba dispuesto a perderlo, así que se aferró a él e hizo hasta lo imposible para lograr mantenerlo hasta el fin de sus días.
Se elaboró más cerveza, se crearon más puestos de trabajo. Y así es como continuó haciendo enloquecer las papilas gustativas de los amantes de la cerveza.
Sláinte, Arthur.
¡Todo gracias a un contrato vital!
EL ARPA
Si te fijas en la portada de un pasaporte irlandés, no verás nada más que un arpa. Es el emblema nacional de Irlanda. También verás el arpa en las monedas irlandesas. De hecho, si ves a alguien lanzando una moneda en Irlanda, es posible que incluso le escuches decir: «¿Cara o arpa?» en lugar de «¿Cara o cruz?». El diseño proviene del arpa de Brian Boru del siglo XV, un símbolo que refleja la cultura y las artes irlandesas. Pero fue Guinness quien reclamó el arpa primero. En la década de 1860, la stout de Guinness estaba disponible en todo el mundo y la familia Guinness buscaba un símbolo que identificara firmemente a Guinness como producto irlandés, así que el arpa fue reconocida como el símbolo de toda la genialidad que rodeaba la cultura y el patrimonio irlandeses. Por lo tanto, cuando se creó el Estado Libre Irlandés en 1922, el gobierno irlandés a su vez tuvo que colocar su arpa mirando hacia otro lado debido al registro de marcas. Si echas la vista atrás y analizas los viejos recuerdos de Guinness, podrás apreciar que el número de cuerdas en el arpa de Guinness varía. Esto se debe a que el diseño se hizo más minimalista a lo largo de los años, perdiendo cuerdas en el camino, desde que apareció por primera vez en una etiqueta de botella de Guinness en 1862. Un diseñador llamado Gerry Barney llevo a cabo una estrategia instrumental (disculpa el juego de palabras) en la evolución del arpa, con el rediseño del arpa en 1968, y nuevamente en 2005. ¡Gracias, Gerry! Y si alguna vez estás en Dublín, antes de entrar en la Guinness Storehouse, visita la Trinity College Library. Allí puedes ver la verdadera arpa de «Brian Boru», a la vista de todos sin ser consciente de su propia historia. ¿O no?
¿CÓMO ES ESO DE LA CALIDAD?
¿CÓMO ES ESO DE LA CALIDAD?
Hoy en día, no es tan difícil encontrar personas que estén dispuestas a probar la calidad de nuestra Guinness, con un equipo de calidad especializado que trabaja arduamente en todo el mundo para garantizar que solo se sirvan pintas de la mejor calidad, en todo momento. Pero hace 130 años, era una historia completamente diferente. En la década de 1890, un grupo intrépido de hombres decidió embarcarse en una aventura alrededor del mundo para informar sobre el estándar de Guinness. Desde Sudáfrica hasta Australia y desde China hasta Brasil, arriesgaron literalmente sus vidas viajando por el mundo en un barco de vapor, soportando mares tormentosos para garantizar que la Guinness llegara, se almacenara y sirviera en condiciones de calidad. ¡Alucinante! ¿A que enviar un correo electrónico ya no parece tan romántico?
Estas entradas del diario son geniales. Consúltalas mientras bebes un sorbo de tu cerveza; luego cierra los ojos y déjate trasladar a otra época como si viajaras en una máquina del tiempo Guinness imaginaria.
Arthur Shand – Viaje a Sídney (Australia) del 6 al 16 de octubre de 1904
«La mayoría de nuestras stout llegan en veleros. Cuando se vuelven a embalar, que se puede hacer tanto en los muelles como en los almacenes de aduanas, se pagan derechos sobre la cantidad real en buenas condiciones. Los comerciantes aquí también son plenamente conscientes de la importancia del almacenamiento en frío para las stout. Tengo la impresión de que el consumo general de stout es mayor aquí que en cualquier otro lugar de la Commonwealth».
Arthur Shand – Viaje a Boston (Estados Unidos) del 8 al 10 de mayo de 1911
«Boston está inundado del espíritu irlandés, y el público general está destinado a ser, creo, grandes consumidores de stout de barril… En la actualidad hay más de 70 lugares que sirven Extra Stout en la ciudad, y la gran mayoría de ellos son de primera clase, 13 de loscuales son hoteles. Me complace decir que es un placer ver el estado en el que llega la stout, almacenada en cajas de hielo a una temperatura que hace que la bebida sea extremadamente apetecible».
JC Haines – Viajes a las Colonias del Estrecho, Singapur, Penang y Malaca en 1900
«A pesar de que licores y vinos de conocidas marcas se falsifican al por mayor para el comercio nativo, no se conoce ningún caso de falsificación de nuestra etiqueta, o, diría más, de cualquier cerveza en botella. La publicidad en los periódicos británicos locales es prácticamente inútil. Se recomienda encarecidamente la publicación de anuncios en los idiomas chino y malayo, en caracteres nativos».
INCONFORMISTA
El legado Guinness va mucho más allá que la simple elaboración de deliciosas cervezas. Arthur Guinness sintió que era importante compensar de alguna forma a la ciudad que albergaba la fábrica de cerveza. Este legado de tradición filantrópica fue a su vez transmitido de padres a hijos durante siete generaciones, y todavía es un pilar fundamental de Guinness hoy en día.
En el siglo XIX, la familia Guinness contribuyó a la restauración de la Catedral de San Patricio en Dublín. Asimismo, Arthur Edward Guinness compró St. Stephen's Green, un parque privado reservado para los residentes más ricos de la ciudad, y lo donó a la ciudad para que el espacio verde pudiera ser disfrutado por todos los residentes de la zona.
El Guinness Trust en Londres y el Iveagh Trust en Dublín fueron establecidos en 1890 por Edward Cecil Guinness, primer Lord Iveagh, para ayudar a las comunidades desfavorecidas que vivían en el centro de la ciudad. En Dublín, Guinness apoyó a las familias erigiendo pisos de buena construcción, un albergue, un mercado de ropa y alimentos cubierto, así como un centro de juegos, la primera guardería de Irlanda.
Guinness también fue pionero en lo relativo al nivel de bienestar de los empleados, liderando el camino en Irlanda hacia mejores relaciones entre empleados y empleadores. La fábrica de cerveza pagaba en general un salario un 10 % superior al salario industrial promedio en Dublín en ese momento, y en 1870 creó un centro médico para proporcionar atención médica gratuita no solo a los empleados sino también a sus familias. Guinness comenzó a incluir beneficios para los empleados, como vacaciones anuales pagadas, comidas gratuitas, excursiones anuales y un subsidio para cerveza. En la década de 1880 también implantó un plan de pensiones para todos los empleados.
Arthur entendió la importancia de valorar a sus empleados, lo que deriva en un entorno de trabajo más feliz y, a su vez, en una mejor cerveza creada con pasión. También entendió el valor de apoyar a la comunidad que lo rodeaba, que sigue siendo uno de los pilares de Guinness hoy en día. Desde iniciativas como Water of Life, que proporciona agua potable a personas de todo el continente africano, hasta Raising the Bar, que ha tenido como objetivo apoyar a hombres y mujeres dedicados al sector de la hostelería durante la crisis del covid-19, el legado de tradición filantrópica de Arthur aún vive y se respira dentro de los muros de St. James ’s Gate y más allá, y lo seguirá haciendo durante muchos años más.
GUINNESS EN ÁFRICA
Guinness, con su emblemático líquido negro, ha ocupado un lugar especial en los corazones de los consumidores africanos durante casi dos siglos. El primer cargamento registrado de Guinness al continente africano llegó a Sierra Leona en 1827. Unos 135 años más tarde, en 1962, se inauguró la primera fábrica de cerveza Guinness fuera de Irlanda y el Reino Unido, la fábrica de cerveza Guinness de Ikeja, Nigeria.
Hoy en día, Guinness tiene operaciones en todo el África subsahariana, que engloban una serie de innovaciones pioneras en África. La innovación original fue Guinness Foreign Extra Stout, elaborada por primera vez hace más de dos siglos para garantizar que la Guinness sobreviviera al largo viaje por mar a costas extranjeras. También se fabrica Guinness Smooth, una cerveza suave y distintiva con el equilibrio perfecto de sabor y todo el carácter de Guinness.
